Prefacio

Bill Gates es el demonio y Steve Jobs es un visionario. No, de eso nada, Steve Jobs es un sinvergüenza de mal carácter. Anda que Steve Ballmer y su “Developers, Developers”.. ¡qué imagen!. A mí quién realmente me mola es Steve Wozniak que es el gran inventor en Apple, y Steve Jobs le estafaba. Y si no llega a ser por Bill Gates y Microsoft, Apple se hubiera hundido, por lo que tuvo que rescatarla. El propio Steve Jobs lo tuvo que presentar en una conferencia como el salvador de Apple. Bah… todos estos no me interesan, los grandes genios murieron cuando Alan Turing nos abandonó ¡cómo disfruté leyendo sus historias en el Criptonomicón!
Horas y horas podríamos pasar así, hablando de héroes y villanos para los que amamos la informática. Y es cierto que así los sentimos pues si no hubieran existido nuestro presente no hubiera sido el que es. Gracias a gente como ellos que abrió nuevos caminos impensables para el resto de los humanos, la informática y nuestra vida es cómo es. Sin embargo, detrás de ese halo que se ha proyectado mucho más que su propia figura, hay hombres que al más puro estilo de la mitología griega han tenido debilidades – si los dioses griegos las tenían ¡cómo no iban a tenerlas nuestros dioses! 
Historias como que Steve Jobs nuca condujera un coche con matricula y tirara el dinero a los guardias cuando estos le ponían una multa, como que Bill Gates y Steve Jobs hicieran lo que fuera por mejorar sus sistemas, copiándose, robándose cosas, o robándoselas al unísono al que se dejara. Muchas son leyendas, pero de todas ellas hay una base de verdad que hace de la historia mucho más bonita. Es apasionante. 
En Cyberhades hace años que periódicamente me alegran el día con alguna de estas historias y me mantienen embobado, llevándome a un tiempo y un lugar soñado en el que nunca he estado, pero que sueño con haber vivido. He leído tanto de los orígenes de Apple y Microsoft, que casi podría decirse que he sido espectador imaginario directo de aquello. Además, he tenido la suerte de estar muy cerca de Microsoft, cuando Bill Gates aún era el chairman y leer algunos correos enviados por él y de Steve Ballmer. 
Por supuesto la informática de hoy no solo la crearon Apple y Microsoft, faltaría más. Otras grandes compañías como IBM, HP o Epson tuvieron mucho que decir, y si nos vamos un poco más atrás, los grandes matemáticos como Alan Turing sentaron las bases de la computación moderna, y poco meimporta si realmente Alan Turing se dedicaba a calcular cuando se iba a salir la cadena de la bicicleta o no, él era capaz de hacerlo y por eso disfruto de sus leyendas. 
Así que, como ahora tengo la suerte de tener mi propia editorial de libros en Informática 64, no pude resistirme al placer de leer estas historias al viejo estilo de un buen libro, por lo que llamé a mis amigos de Cyberhades para mendigar por que me hicieran una buena colección de Microhistorias que pudiera leer y disfrutar. Después de haber tenido la suerte de ver casi nacer la computación doméstica en mis carnes y tener desde pequeño un acceso total a equipos informáticos, las historias de mis héroes, de mis dioses de la computación, con sus humanidades, enfados, traiciones, estafas, aventuras y desventuras hacen que vuelvan aquellos años en los que aún no había sido capaz de ver una foto de Bill Gates o Steve Jobs porque no tenía Internet a mano. 
Supongo que si estás leyendo esto es porque eres tan fanático y apasionado de este maravilloso y loco mundo de la tecnología, así que espero que disfrutes de este libro – como yo disfruto las charlas con estos locos de Cyberhades – y te vuelvas a sentir un niño, como cuando tenías tu Spectrum, el Amstrad de tu hermano o jugabas al Amiga a alguna loca aventura gráfica donde se veía a un mono con tres cabezas.

Chema Alonso